El número de casos del coronavirus chino en la Cuba comunista continúa aumentando a medida que su población se enfrenta a la pandemia sin un acceso generalizado a elementos esenciales de higiene como el jabón y el agua limpia.
A partir del lunes por la tarde, había al menos 40 casos confirmados del virus en toda la isla, dos de los cuales se encuentran en estado crítico, lo que lo relaciona relativamente con otros países latinoamericanos. Sin embargo, el grave estado de la economía del país y la falta de acceso a elementos médicos e higiénicos significan que corre el riesgo de un brote agresivo que las autoridades sanitarias tendrán dificultades para contener.
UNA escasez de productos sanitarios, incluso en tiendas de divisas donde hay una selección mucho mayor de productos, ha llevado a grandes colas de personas fuera de las tiendas que los ofrecen. El mes pasado, la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, dijo al funcionario Granma Periódico que la escasez duraría al menos hasta abril debido a restricciones económicas. La escasez no está relacionada con el acaparamiento o el gasto relacionado con el coronavirus. Los cubanos todavía usan tarjetas de racionamiento para muchos productos básicos.
El primer caso del coronavirus en Cuba se informó el 11 de marzo, llevado por tres italianos que habían llegado a la isla dos días antes. Uno de esos pacientes, un hombre de 61 años que tenía antecedentes de asma bronquial, murió siete días después después de presentar “manifestaciones clínicas de complicaciones de la enfermedad”.
De acuerdo con la Ministerio de Salud de Cuba, Además de los casos positivos, 954 personas se encuentran actualmente bajo vigilancia epidemiológica, 727 son cubanos y 528 son ciudadanos extranjeros. Otras 30.773 personas están bajo vigilancia regular en sus hogares.
Los funcionarios cubanos suspender turismo a la isla desde el martes, mientras que los ciudadanos que regresen del extranjero deberán ingresar a una cuarentena de dos semanas. El bloqueo está programado para durar 30 días, pero podría extenderse por más tiempo e indudablemente infligirá un daño importante en la economía del país que ya está en dificultades.
“Esto debería permitirnos detener (importar) los casos y centrarnos en detectar aquellos que hay en el país y detener la transmisión”, dijo el domingo el segundo comandante cubano, el presidente Miguel Díaz-Canel, en un discurso televisivo.
También pidió a los ciudadanos que practiquen el distanciamiento social, algo que dijo iría naturalmente en contra de la naturaleza del pueblo cubano.
“Algo muy difícil debido a la naturaleza de los cubanos, pero muy necesario, es la eliminación de los saludos efusivos”, dijo. “No hay besos, abrazos y saludos a una distancia prudente hasta que pase la epidemia”.
A pesar de la crisis en su propio país, las autoridades comunistas continúan la tradición de enviar a sus médicos esclavos al extranjero, con equipos que ya llegando en su aliado en crisis Venezuela e Italia, el país con el brote más severo a nivel mundial.
Los partidarios del régimen cubano han promocionado durante mucho tiempo sus supuestamente altos estándares de atención médica, citando el hecho de que el país tiene el mayor número relativo de médicos en todo el mundo, así como el manipulación de estadísticas de salud como la mortalidad infantil. Sin embargo, la pobreza infligida como resultado de décadas de política comunista ha llevado, en realidad, a un sistema de salud decrépito con algunos de los peores resultados de salud en todo el mundo.
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