La novelista argentina Ximena López Zamora viajó a Cuba y asumió el reto de dejarse llevar por el tempo isleño y acabó descubriendo un Peugeot 206 inmóvil y sucio, en la casa de una familia con un hijo emigrado a Estados Unidos, adonde llegó vía el Bombo cubano, tras casarse con una de las ganadoras de la lotería anual de visas que sortea Washington.
Pero antes, tuvo que romper con su mujer y trazar un plan para, una vez residiendo en Estados Unidos, divorciarse y reclamarla, junto con la hija de ambos.
El héroe de esta novela se llama Vladimir, y sus heroínas Tatiana y Anmary, la agraciada por el Bombo cubano, pero que teme emigrar a Estados Unidos por miedo a lo desconocido; la vida se encargó del resto y el azar hizo que la novelista López recalara en casa de los padres de Vladimir, donde yacía el Peugeot que disparó la curiosidad de la escritora.
Vladimir anhelaba pisar suelo americano y poder cumplir el sueño de su tía Eulalia, cubana deportada a Guantánamo luego de que su balsa fuera encontrada en el mar.
Vladimir no puede contener las lágrimas. Recién arribado a los Estados Unidos, debe elegir entre regresar nuevamente a Cuba por su esposa e hija o quedarse para obtener su tan deseada ciudadanía americana.
Sus ansias de libertad lo hacen sentir un cobarde por abandonarlas, pero no puede volver a encerrarse en Cuba, simplemente no puede. Acorralado entre la palabra empeñada y el deseo desesperado de libertad, se ve enfrentado a sus sentimientos, valores y destinos…
Pero la novelista ignoraba todo eso, hasta que estando en casa de los padres de Vladimir, vio en el fondo de su jardín un auto prácticamente sin uso, pero totalmente abandonado; un Peugeot 206, modelo 1998, intacto, pero cubierto por una capa de tierra. “Eso llamó muchísimo mi atención y generó una batahola de preguntas: ¿de quién es ese auto?, ¿cómo llegó allí?, entre muchas otras, contó López Zamora.
Encontrar un auto relativamente moderno de dominio privado me resultó muy llamativo, más aún en un lugar tan alejado del turismo; sin embargo, ahí estaba. Fue entonces que me cuentan que se lo había regalado su hijo que vivía en Miami. ¿Cómo es que vive en Miami? ¿Por qué ustedes viven en Cuba? ¿Lo fueron a visitar?…”, curioseó la novelista.
Ximena López Zamora volvió a Argentina con la cabeza llena de Cuba y pensando -recurrentemente- en la historia de amor oculta detrás del Peugeot 206 sucio e inmóvil, que arrancó su novela Bombo cubano, con una trama que recrea el ritmo isleño, pero con final inesperado e ineludible.
“Bombo cubano”
Laborde Editor
162 páginas
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