Un grupo de cinco senadores estadounidenses presentó el pasado lunes un proyecto de ley con el que buscan levantar el embargo comercial de EE.UU. a Cuba, con el pretexto de “crear nuevas oportunidades económicas y permitir que los cubanos tengan acceso a productos de EE.UU.”.
La propuesta “Ley de Libertad para Exportar a Cuba” está impulsada por las senadoras demócratas Amy Klobuchar y Elizabeth Warren, el senador demócrata Chris Murphy y los republicanos Jerry Moran y Roger Marshall.
Numerosos senadores demócratas y algunos republicanos alineados con la política de “deshielo” iniciada por Barack Obama en el año 2016, cuentan con una larga historia de relaciones oportunistas con el régimen de La Habana.
Como muchos intentos anteriores, esta legislación busca eliminar artículos en las leyes existentes que impiden a los estadounidenses negociar en Cuba, pero se escuda “abogando” por la permanencia de los artículos que condenan los abusos de derechos humanos y confiscaciones históricas de propiedades estadounidenses en la isla, que según ellos mismos, han producido “cero” resultados.
“Al poner fin al embargo comercial con Cuba de una vez por todas, nuestra legislación pasará la página a la fracasada política de aislamiento, al tiempo que creará un nuevo mercado de exportación y generará oportunidades económicas para las empresas estadounidenses”, dijo Klobuchar en una declaración conjunta, quién parece ignorar que las verdaderas razones de la existencia del embargo comercial a Cuba no pesan sobre los legisladores estadounidenses, sino sobre las acciones ilegales del régimen cubano a través de 63 años de dictadura.
Por su parte, el senador Chris Murphy (D), añadió que EE.UU. puede “expandir las oportunidades para los negocios y agricultores estadounidenses de comerciar con Cuba sin dejar de responsabilizar al gobierno cubano por su historial de violaciones de derechos humanos”. “Esta legislación es un ajuste que creará trabajos en EE.UU. y beneficiará al pueblo cubano”, añadió.
La “Ley de Libertad para Exportar a Cuba” propone eliminar todas las restricciones actuales para hacer negocios con Cuba, incluyendo la autorización original de 1961 que estableció el embargo comercial, las leyes subsiguientes que fortalecían el embargo y otros estatutos que prohíben las transacciones entre firmas de propiedad estadounidenses o controladas por EE.UU., así como las limitaciones a los envíos directos entre puertos de EE.UU. y Cuba.
La Comisión de Comercio Internacional de EE.UU. considera que las exportaciones de trigo, arroz, maíz y soya aumentarían en un 166 % en cinco años a unos 800 millones de dólares.
Es curioso atestiguar como estos senadores emplean tiempo pagado con dinero público para proponer proyectos de ley que, con el pretexto de incrementar oportunidades comerciales en la isla y favorecer al pueblo cubano, en realidad constituyen una línea de oxigeno comercial para la longeva dictadura cubana, la cual, lejos de invertir en recursos y oportunidades para los cubanos, ha malversado y saqueado todos nuestros recursos naturales, y ha condenado a nuestro país a negociar en las sombras del comercio mundial, acumulando deudas y una terrible reputación en cuanto a “socio” comercial se refiere.
Si bien es cierto que el levantamiento del embargo puede generar nuevas oportunidades económicas para EE.UU. y los cubanos, también es cierto que se ha demostrado una y otra vez que dichos intentos de estabilizar las relaciones comerciales con Cuba han beneficiado únicamente a la inescrupulosa cúpula gobernante, la cual mostró al mundo su verdadera naturaleza represiva durante las protestas del 11J el pasado año 2021.
La estrecha relación de numerosos senadores y congresistas demócratas con el régimen cubano plantea serias interrogantes sobre los valores y principios que sustentan su elección por el pueblo estadounidense, el cual lamentablemente no cuenta con toda la información necesaria para evaluar la repercusión que leyes como esta podría acarrear para los cubanos, ampliando así las posibilidades de que dichas leyes reciban apoyo popular bajo los engañosos presupuestos expuestos por un grupo de políticos comprometidos ideológicamente con tendencias de izquierda, una corriente que se hace cada vez mas visible en la clase política estadounidense, en la medida en que utilizan el sistema legal de EE.UU para favorecer relaciones y el desarrollo de naciones hostiles a EE.UU.
Afortunadamente este proyecto de ley se sumará a una larga lista de intentos fallidos de senadores “buenistas” estadounidenses, enfrascados en normalizar las relaciones comerciales con el régimen cubano utilizando el sistema legal de EE.UU.
Los cubanos no deseamos escuchar mas acerca de proyectos de leyes foráneas que favorezcan a nuestros verdugos. Los cubanos necesitamos LIBERTAD.
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