El ataque al Palacio Presidencial de Cuba el 13 de marzo de 1957 fue un intento fallido de acabar con la dictadura de Fulgencio Batista.
El plan original del Directorio Revolucionario 13 de marzo incluía la toma del Palacio y la eliminación física de Batista, así como la ocupación de edificios circundantes y la toma de Radio Reloj para anunciar la muerte del dictador y convocar a una huelga general.
Un grupo dirigido por José Antonio Echeverría, líder del Directorio Revolucionario, asaltó el edificio de la emisora, simultáneamente con la operación realizada en el Palacio Presidencial. Luego de tomar el edificio con éxito, Echeverría dio lectura a una parte de la proclama revolucionaria en la que se anunciaba la ejecución de Batista.
¡Pueblo de Cuba! En estos momentos acaba de ser ajusticiado revolucionariamente el dictador Fulgencio Batista. En su propia madriguera del Palacio Presidencial, el pueblo de Cuba ha ido a ajustarle cuentas. Y somos nosotros, el Directorio Revolucionario, los que en nombre de la Revolución Cubana hemos dado el tiro de gracia a este régimen de oprobio. Cubanos que me escuchan: Acaba de ser eliminado-
En ese instante, un empleado retiró la emisión del aire interrumpiendo el discurso. Al enterarse Echeverría de que ya no se encontraba en el aire, realiza disparos sobre el máster de la emisora.
De las 3:30 a las 4:00 de la tarde solo se escuchó el “Tic-Tac” en la frecuencia de Radio Reloj. El grupo, al salir del edificio, se dirige a la sede de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en la Universidad de La Habana para entregar las armas al pueblo y comenzar una insurrección armada; pero antes de llegar, aparece una patrulla de policías, y tras un intercambio de disparos, el líder estudiantil cayó mortalmente herido, falleciendo en el acto.
El manifiesto testamento de José Antonio Echeverría
Hoy, 13 de Marzo de 1957, día en que se honra a los que han consagrado sus vidas a la digna profesión de arquitecto, para la que me preparo, a las tres y veinte minutos de la tarde, participaré en una acción en la que el Directorio Revolucionario ha empeñado todo su esfuerzo junto con otros grupos que también luchan por la libertad.
Esta acción envuelve grandes riesgos para todos nosotros y lo sabemos. No desconozco el peligro. No lo busco. Pero tampoco lo rehuyo. Trato sencillamente de cumplir con mi deber.
Nuestro compromiso con el pueblo de Cuba quedó fijado en la Carta de México, que unió a la juventud en una conducta y a una actuación. Pero las circunstancia necesarias para que la parte estudiantil realizara el papel a ella asignado no se dieron oportunamente, obligándonos a aplazar el cumplimiento de nuestro compromiso.
Creemos que ha llegado el momento de cumplirlo. Confiamos en que la pureza de nuestra intención nos atraiga el favor de DIOS para lograr el imperio de la justicia en nuestra patria.
Si caemos, que nuestra sangre señale el camino de la libertad. Porque, tenga o no nuestra acción el éxito que esperamos, la conmoción que originará nos hará adelantar en la senda del triunfo.
Pero es la acción del pueblo la que será decisiva para alcanzarlo. Por eso este manifiesto que pudiera llegar a ser un testamento, exhorta al pueblo de Cuba a la resistencia cívica, al retraimiento de cuanto pudiera significar un apoyo a la dictadura que nos oprime y a la ayuda eficaz de los que están sobre las armas para liberarlo.
Para ello es preciso mantener viva la fe en la lucha revolucionaria, aunque perezcamos todos sus líderes, ya que nunca faltarán hombres decididos y capaces que ocupen nuestros puestos, pues, como dijera el Apóstol, «cuando no hubiera hombres se levantarían las piedras para luchar por la libertad de nuestra patria»
A nuestros compañeros, los estudiantes de toda Cuba, les pedimos que se organicen, ya que ellos constituyen la vanguardia de nuestra lucha, y a las Fuerzas Armadas, que recuerden que su misión es defender a la Patria, no someter a sus hermanos, y que su puesto es en el Ejército Mambí que peleaba por la libertad de Cuba como terminan todos sus escritos.
¡Viva Cuba Libre!
José Antonio Echeverría
Más de treinta asaltantes perdieron la vida en las acciones del 13 de marzo, y cuatro más fueron sorprendidos en un apartamento en La Habana y ultimados por la policía el 20 de abril del mismo año.
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