Peloteros cubanos llegados a Miami para las semifinales del V Clásico Mundial de Béisbol aseguraron que no les preocupa lo que haga el público en el estadio y que su único interés es el deporte. A pesar de la convocatoria de protestas por parte del exilio, los jugadores están enfocados en dar lo mejor en el campo de juego.
El capitán del equipo Alfredo Despaigne comentó que la selección cubana cumplió una misión importante, pues llegar a Miami era el objetivo trazado.
En cuanto a la reacción del público de Miami, el entrenador Mandy Johnson comentó que el equipo está preparado para todo. Por su parte el capitán del equipo Alfredo Despaigne pidió a la afición de Miami que les apoye y que el equipo está dispuesto a darlo todo en el terreno para que ellos también disfruten.
“Ahora solo nos queda el juego del 19 entrarle con todo, como mismo entramos en los últimos tres juegos. Y nada, la afición de Miami que nos apoye”, pidió.
Organizaciones y exiliados cubanos han convocado a protestas en el estadio el día del partido. Gretell Salermo, una usuaria de Facebook, afirmó en su muro que irá ese día a “empapelar el estadio”, porque su objetivo no es que Cuba tenga dos horas de alegría, sino toda una vida de dignidad.
“Que no me vengan con el cuento de que son dos horas de felicidad para el pueblo. El pueblo no necesita dos horas de felicidad, necesita toda una vida de plenitud y felicidad y poder elegir qué juego es, con quién lo ve y dónde lo ve”, detalló.
Esta división de opiniones refleja la complejidad de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Por un lado, el éxito de Cuba en el Clásico Mundial de Béisbol ha sido celebrado por muchos, pero otros creen que el pueblo no debe conformarse con una alegría momentánea y que debe prevalecer el amor a la patria antes que la pelota.
Mientras algunos celebran las victorias del equipo de pelota, más de mil personas siguen presas en cárceles de la Isla por motivos políticos.
La llegada del equipo Cuba a Estados Unidos viene precedida por un llamando a los residentes de Miami a acudir al estadio el domingo con carteles contra el régimen de Raúl Castro. La idea es repetir lo que sucedió en 2021 en el torneo Preolímpico de las Américas, que se jugó en West Palm Beach, donde varios cubanos asistieron al juego con carteles e imágenes que la televisión cubana no pudo esconder al transmitir el partido en vivo.
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