Cuba tendrá una nuevo política comercial agropecuaria, que busca incentivar la producción y cambiar los mercados mayorista y minorista, aunque no habrá más comida ni mejores precios, a corto plazo, aclaró Yisel González Marrero, directiva del Ministerio de la Agricultura (Minag)
Las nuevas normas entrarán en vigor el 4 de junio, pero “no transforman por completo la realidad actual en el sector”, aunque contribuirán a una mejora gradual, precisó González, este miércoles, en conferencia de prensa, donde abordó parte de las 51 normas; 31 completamente nuevas.
Cada provincia y municipio creará un Comité de contratación, presidido por el gobernador y el intendente, y en el que participarán representantes de todas las entidades comercializadoras.
El nuevo comité evaluará el nivel de actividad y producción de sus territorios, elaborará los balances de productos agrícolas, concertará los precios de venta pública y establecerá puntos de venta para comerciantes minoristas privados, aunque no sean pequeños empresarios agropecuarios.
Los productores de leche y carne, que hayan cumplido los requisitos gubernamentales en el año 2020 ya pueden beneficiarse de las nuevas medidas, y quienes vendieron leche -y cumplieron el contrato con el estado- se les va a pagar una bonificación de manera retroactiva, explicó la directora de Comercialización del Minag, sin precisar el monto a percibir.
Para responder a las “inconformidades de quienes trabajan la tierra”, el Ministerio de Agricultura ha “perfeccionado” la contratación directa, teniendo en cuenta las características de cada productor, al margen de que pertenezca o no a una cooperativa, subrayó González.
También constituye novedad que se amplían las posibilidades de realizar el beneficio a los productos a otras figuras como los Trabajadores por Cuenta Propia (TCP), las familias o cooperativas; se define dónde pueden comprar los vendedores minoristas con una amplia gama de opciones, además para TCP incluso que no pertenezcan al sector.
El valor agregado a los productores mediante el uso de un sistema de marcas, beneficios, diferentes calidades y precios, forman parte de la nueva estrategia gubernamental para incentivar el aumento de la producción y mejora de la comercialización de alimentos, indicó.
Las nuevas normas establecen la obligatoriedad de informar públicamente los precios de productos llamados “centralizados” y de los alimentos que son convenidos por los gobiernos locales y productores, detalló.
Otros planes gubernamentales, en perspectiva, apostarán por crear “mercados de nuevo tipo y modificar los existentes estructuralmente, y la inclusión de nuevos servicios de mensajería, ventas online y pago eléctrónicos, a través de códigos QR, describió González, sin avanzar una fecha probable de las transformaciones.
El gobierno cubano ha reiterado que la producción agroalimentaria es un tema de Seguridad Nacional y el primer ministro Manuel Marrero Cruz afirmó que “el pueblo no come planes”, pero la escasez de alimentos y medicinas, incluso en los establecimientos dolarizados sigue afectando al consumo de los cubanos.
Una queja constante de los cubanos es el incremento de los precios de productos agropecuarios desde la entrada en vigor de la llamada “Tarea ordenamiento”, en enero, aunque luego ha sido modificada y su principal impulsor, Marino Murillo dejó de ser miembro del Buró Político del gobernante partido comunista, único legal en Cuba.
La dolarización de la economía ha disparado los precios de alimentos y artículos de aseo en tiendas estatales y en el mercado irregular.
Cuba gasta anualmente unos dos mil millones de dólares en la compra de alimentos en diferentes mercados, incluido Estados Unidos: y este miércoles trascendió que la zafra, a punto de concluir, será una de las peores de su historia, sin llegar al millón de toneladas de azúcar.
Be the first to comment