
La delincuencia en Cuba ha alcanzado niveles alarmantes en 2024, con un aumento del 50,72% en comparación con el año anterior, según un informe del Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC). Durante el año, se documentaron 1.317 delitos, lo que equivale a un promedio de 3,6 crímenes diarios.
El informe señala que el crimen organizado y la corrupción han profundizado la crisis de seguridad en el país, mientras los recursos nacionales son controlados por un reducido grupo de poder. Esta situación ha limitado el desarrollo social y económico, afectando también la calidad de los servicios públicos.
La falta de transparencia gubernamental impide conocer la magnitud real del problema, pero las cifras recopiladas por el OCAC muestran tendencias preocupantes. Los robos aumentaron un 232%, las agresiones un 97,1% y otros delitos un 273,3%. Las provincias más afectadas fueron Matanzas, Santiago de Cuba, La Habana y Holguín, donde los crímenes violentos se han vuelto cada vez más frecuentes.
El caso Kamykacy
Uno de los hechos más impactantes ocurrió el sábado 22 de febrero de 2025, cuando el músico Rayne Paisan Dales, conocido como Kamykacy, fue brutalmente atacado con machetes y armas blancas en una esquina de La Fraternidad, en el barrio de Arroyo Naranjo, La Habana.
Su familia había alertado a la Policía sobre amenazas previas por parte de miembros de la familia de Los Cachita, pero las autoridades no tomaron medidas. La tensión venía escalando desde octubre de 2024 debido a una disputa con el hermanastro de Kamykacy, y en los días previos al crimen, Los Cachita intensificaron las amenazas y ataques.
El 21 de febrero, lanzaron botellas contra la casa de un amigo del músico, creyendo que estaba allí, y luego se presentaron armados en la vivienda del cuñado de su hermanastro. Pese a los llamados de la familia a la Policía, no hubo respuesta. Un día después, Rayne Paisan fue emboscado y atacado con extrema violencia.
Testigos relatan que mientras intentaban auxiliarlo, mujeres del grupo agresor lanzaban botellas para impedirlo. Su madre llegó al lugar cuando ya había sido trasladado al hospital Julio Trigo, donde ingresó en estado crítico y, pese a los esfuerzos médicos, falleció a causa de las graves heridas.
Cuba vive una crisis de seguridad en la que la población está completamente desprotegida. El informe del OCAC deja en evidencia que, lejos de aplicar medidas efectivas, el régimen sigue minimizando el problema y manipulando la información para ocultar la verdadera magnitud del caos. Mientras las autoridades sigan mirando hacia otro lado, la violencia seguirá escalando y los ciudadanos continuarán siendo víctimas de un sistema que no los protege.
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