El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, convirtió la inauguración de la temporada 2025 del campeonato NASCAR en un espectáculo cargado de simbolismo y patriotismo. Este domingo, en el Daytona International Speedway de Florida, el mandatario no solo dio inicio a la icónica carrera de las 500 Millas de Daytona, sino que también recorrió el circuito a bordo de la limusina presidencial, “La Bestia”, en un evento que desató ovaciones entre los asistentes.
El imponente arribo de Trump quedó marcado desde el inicio. A bordo del Air Force One, el presidente sobrevoló el circuito antes de aterrizar, generando una imagen impactante que se viralizó rápidamente en redes sociales. Acompañado de su nieta Carolina, fue recibido con entusiasmo por miles de aficionados y tuvo tiempo para saludar a pilotos y figuras destacadas del automovilismo.
Uno de los momentos más icónicos del evento ocurrió cuando Trump, de la mano de su nieta, abordó “La Bestia” y recorrió la pista de 2,5 millas. Este vehículo, conocido oficialmente como Cadillac One, es una fortaleza sobre ruedas con blindaje antibalas, carrocería reforzada y un sistema de protección contra ataques químicos.
Mientras avanzaba por el circuito, los asistentes coreaban su nombre y el himno nacional resonaba en las tribunas. En su cuenta de X, Trump compartió un mensaje que encapsuló el espíritu del evento:
“Desde el rugido de los motores en la pista hasta el eco del himno nacional de Estados Unidos ondeando en las tribunas, la Daytona 500 es un tributo atemporal a la velocidad, la fuerza y el espíritu inquebrantable que hacen grande a Estados Unidos”.
Dada la magnitud del evento y la presencia presidencial, la seguridad en Daytona Beach fue extrema. Desde el sábado, aviones del ejército estadounidense trasladaron vehículos y personal del Servicio Secreto para garantizar un perímetro seguro. El domingo por la mañana, los asistentes documentaron en redes sociales los estrictos controles antes de ingresar al circuito.
En medio de la emoción de la jornada, Trump también dejó una declaración política:
“Nuestro país está volviendo a estar bien y tenemos espíritu en todo el mundo. Lo hemos recuperado y han pasado menos de cuatro semanas”, respondió a una periodista en la pista.
Esta no es la primera vez que Trump pisa Daytona. En 2020, durante su primer mandato, fue el gran mariscal de la carrera y dio la orden de salida con el icónico: “Caballeros, enciendan sus motores”.
Su regreso en 2025 reafirma la conexión del expresidente con un deporte cuya base de seguidores ha mostrado afinidad con su movimiento político. Además, la familia France, propietaria de NASCAR, ha mantenido una relación cercana con el Partido Republicano, consolidando el vínculo entre esta competencia y la figura de Trump.
Este evento se suma a una serie de apariciones de alto perfil del presidente en eventos deportivos, luego de su presencia en el Super Bowl 2025 en Nueva Orleans la semana pasada.
Considerada la carrera más importante del calendario NASCAR, la Daytona 500 es uno de los eventos deportivos más prestigiosos de Estados Unidos, al nivel del Super Bowl, la Serie Mundial, las 500 Millas de Indianápolis y la final de la Copa Stanley.
El Daytona International Speedway, con capacidad para 160 mil espectadores, es el escenario donde cada año se celebra esta histórica competencia, que no solo define la temporada automovilística, sino que también es un punto de encuentro del espíritu estadounidense.
Con esta nueva aparición en un evento deportivo de gran magnitud, Trump continúa consolidando su presencia pública, reforzando su mensaje político y su imagen como un líder cercano a las tradiciones del país.
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