
El gobierno de Estados Unidos anunció nuevas medidas contra la trata de personas patrocinada por el régimen cubano a través de sus misiones médicas en el extranjero.
La administración del presidente Donald J Trump amplió la política de restricciones de visa vigente para incluir a funcionarios cubanos, exfuncionarios y personas extranjeras implicadas en la explotación de trabajadores de la salud cubana.
El Departamento de Estado señaló que el régimen de La Habana continúa beneficiándose económicamente del trabajo forzado de médicos cubanos, a quienes somete a condiciones abusivas, restringe sus derechos y los obliga a entregar la mayor parte de sus ingresos. Estas prácticas, ampliamente documentadas por organismos internacionales, han sido calificadas como una forma moderna de tráfico humano.
El Secretario de Estado, Marco Rubio, denunció que “las misiones médicas no solo enriquecen al régimen, sino que también privan a los cubanos de la atención sanitaria en su propio país”.
La política no esta limitada a cubanos naturales sino que también afectará a los familiares inmediatos de quienes sean señalados como responsables o cómplices de estas redes de explotación laboral.
Grupos de derechos humanos han denunciado que los médicos cubanos son obligados a trabajar en condiciones precarias, bajo vigilancia del régimen, sin libertad para abandonar las misiones y con sus pasaportes retenidos. Esta situación ha sido reconocida como un delito de tráfico humano por múltiples organismos internacionales.
La comunidad internacional ha sido instada a ejercer mayor presión sobre el régimen cubano para frenar la explotación de sus ciudadanos y garantizarles condiciones laborales dignas y libres de coerción.
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