
La compañía Cubamax, uno de los principales canales para el envío de remesas desde Estados Unidos a Cuba, ha suspendido temporalmente su servicio de transferencias de dinero hacia la Isla. La decisión, que ha tomado por sorpresa a decenas de clientes, responde a una supuesta “reestructuración interna” tras la ruptura con su proveedor local en Cuba.
“La persona que se encargaba de repartir el dinero allá en Cuba ya no puede hacerlo más”, confirmó una empleada de la agencia a medios locales. “Estamos en busca de otro proveedor”.
Aunque la interrupción de las operaciones ha desatado múltiples especulaciones, especialmente tras recientes medidas del Gobierno estadounidense contra entidades vinculadas al aparato represivo cubano, Cubamax asegura que no enfrenta obstáculos legales en territorio estadounidense. “Aquí no hay ningún problema con ellos [autoridades de EE.UU.], el problema es allá [en Cuba]”, insistió otra representante consultada por 14ymedio.
Hasta el momento, Cubamax canalizaba las remesas a través de Orbit S.A., una entidad controlada por el conglomerado militar GAESA, que fue añadida en febrero a la “Lista Restringida de Cuba” del Departamento de Estado, lo que prohíbe transacciones con dicha empresa debido a sus vínculos con los órganos de inteligencia y represión del régimen.
El caso de Cubamax se suma al de Western Union, que también interrumpió sus operaciones en febrero, profundizando la crisis de las vías formales e informales de envío de dinero a la Isla. Durante años, agencias como Cubamax, VaCuba y Cuballama operaron a través de redes alternativas, incluso mediante mensajeros privados que entregaban el dinero directamente.
Ahora, esas estructuras colapsan en paralelo con lo que expertos describen como una pérdida casi total del control estatal sobre el flujo de remesas. Según cifras del Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), el control de GAESA sobre estos ingresos podría haber caído hasta en un 95%.
El debilitamiento de estos mecanismos coincide con renovadas presiones políticas. A inicios de mes, el congresista Carlos Giménez pidió a la administración Biden que suspenda todos los viajes y remesas hacia Cuba, salvo por razones estrictamente humanitarias, como medida para asfixiar financieramente al régimen.
Por ahora, sólo VaCuba continúa operando —aunque con restricciones—, mientras miles de familias cubanas buscan, una vez más, alternativas para enviar ayuda a sus seres queridos ante la inestabilidad del sistema de remesas y el deterioro económico de la Isla.
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