Este jueves, un vuelo con más de un centenar de cubanos deportados desde Estados Unidos aterrizó en La Habana, marcando el primer operativo de repatriación bajo la administración de Donald Trump. Según fuentes oficiales, 104 personas fueron retornadas como parte de los acuerdos migratorios entre ambos países, entre ellas 84 hombres, 19 mujeres y un menor.
Con esta operación, que se suma a otra realizada el pasado 23 de enero, ya son 11 los vuelos de deportación en lo que va del año, con un total de 296 cubanos repatriados. Entre ellos, uno fue entregado a las autoridades por presuntos delitos cometidos antes de su salida de Cuba, mientras que otros dos fueron detenidos por haber abandonado el país ilegalmente mientras cumplían un régimen de Libertad Condicional.
Las deportaciones de cubanos han sido constantes en los últimos años. En diciembre pasado, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizó el último vuelo de repatriación de 2024, transportando a 42 migrantes irregulares. Durante la administración de Joe Biden, se llevaron a cabo 42 vuelos de deportación, con un total de 978 ciudadanos cubanos retornados.
La comunidad cubana en Florida sigue de cerca estos casos, especialmente tras la reciente detención en Miami de Álvaro Fernando Medina Melo, un cubano de 38 años arrestado por ICE tras acudir a una cita rutinaria en sus oficinas de Miramar, en el condado de Broward. Medina, quien poseía un I-220A, fue detenido debido a una orden de deportación derivada de un intento fallido de entrada irregular en 2019.
Mientras tanto, la Patrulla Fronteriza en Tucson, Arizona, reportó la detención de una familia cubana de cuatro miembros que intentaba cruzar ilegalmente por la zona de Papago. Tras su arresto, se inició un proceso de deportación expedita.
Actualmente, más de 42,000 cubanos en EE.UU. tienen órdenes finales de deportación, aunque su repatriación depende de la disposición del régimen cubano. Desde la eliminación de la política de “pies secos/pies mojados” en 2017, La Habana ha condicionado la aceptación de deportados, dejando a miles de cubanos en un limbo migratorio.
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