
En un acto que ha causado indignación a nivel internacional, Diosdado Cabello, uno de los líderes más influyentes del régimen venezolano, fue visto recibiendo con honores y aplausos a un grupo de delincuentes deportados a Venezuela desde EE.UU. que, según múltiples denuncias, fueron enviados por él mismo como soldados civiles a causar caos y destrucción en Estados Unidos.
Los individuos expulsados por la administración Trump, acusados de diversas actividades delictivas y violaciones a la ley, en muchos casos asociadas al Tren de Araguá, pandilla de origen Venezolana conocida por sus actividades violentas y de tráfico de drogas, fueron enviados a Venezuela, donde Cabello los celebró como “héroes” y los reconoció por sus “contribuciones” al proyecto revolucionario del chavismo.
El evento ha generado condena no solo en EE.UU., sino también en la comunidad internacional, que ve en este acto una confirmación de la sospecha que regímenes como el de Venezuela, Cuba y China estarían aprovechando el caos en la frontera sur de Estados Unidos para infiltrar activos militares y de inteligencia en ese país, y un claro respaldo impune a la violencia y el crimen organizado por parte de un alto funcionario del régimen venezolano.
Cabello, conocido por su apoyo incondicional a las políticas de Maduro, ha sido vinculado en varias ocasiones con el narcotráfico y otras actividades ilícitas, lo que le ha valido sanciones internacionales y acusaciones de terrorismo. Su actitud en este acto ha reforzado la percepción de que el gobierno de Venezuela continúa fomentando la delincuencia organizada y actuando como un refugio para aquellos que son considerados una amenaza para la seguridad global.
Be the first to comment