Desclasificación del archivo JFK: La “conexión Cubana”

El asesinato de John F. Kennedy es, sin duda, uno de los eventos más traumáticos y misteriosos en la historia moderna de Estados Unidos. Desde aquel fatídico 22 de noviembre de 1963 en Dallas, las teorías sobre lo que realmente ocurrió han sido innumerables.

Se han señalado conspiraciones que involucran a la CIA, la mafia, la KGB, el complejo militar-industrial y, por supuesto, a Cuba y el régimen de Fidel Castro.

Ahora, con el renovado impulso por la desclasificación total de los archivos del caso JFK, surge la posibilidad de que finalmente se confirme lo que durante décadas ha sido una fuerte sospecha: que La Habana tuvo un papel mucho más profundo en el magnicidio de lo que la versión oficial ha querido admitir.

El Congreso de Estados Unidos, bajo el liderazgo de la congresista Anna Paulina Luna, ha dado un paso adelante en la lucha por la transparencia gubernamental. Su grupo de trabajo no solo busca esclarecer los misterios del asesinato de Kennedy, sino que también está exigiendo respuestas sobre otros temas sensibles, como el caso Epstein y la gestión de la pandemia.

Este esfuerzo no parece ser un hecho aislado, sino parte de una iniciativa más amplia para destapar la verdad en asuntos que han permanecido en la penumbra durante demasiado tiempo.

Si bien la participación de Cuba en el asesinato de JFK ha sido una teoría ampliamente debatida, nunca ha habido pruebas concluyentes… hasta ahora. Con la liberación de documentos aún clasificados por la CIA y la NSA, podríamos estar a punto de descubrir el alcance real de la implicación de Fidel Castro y su aparato de inteligencia en uno de los crímenes más impactantes del siglo XX.

Cuba, Oswald y la Sombra del Castrismo

Desde el principio, la relación entre Lee Harvey Oswald y Cuba ha sido un tema espinoso. Semanas antes del asesinato de Kennedy, Oswald visitó la embajada cubana en la Ciudad de México, donde, según informes de inteligencia, intentó obtener un visado para viajar a la isla. Se ha especulado que en aquel lugar sostuvo reuniones con agentes de inteligencia cubanos, pero lo que realmente se discutió en esos encuentros sigue siendo un misterio.

En plena Guerra Fría, Fidel Castro veía a Kennedy como una amenaza existencial. La fallida invasión de Bahía de Cochinos en 1961 y los repetidos intentos de la CIA por asesinarlo reforzaron en Castro la convicción de que Kennedy estaba decidido a derrocarlo. En este contexto de paranoia y agresión mutua, la posibilidad de que Castro autorizara o facilitara un complot para eliminar al presidente estadounidense cobra más sentido.

Durante años se ha debatido si Oswald actuó solo o si fue manipulado por agentes cubanos, pero si los documentos que ahora se exigen revelar confirman algún tipo de conexión, estaríamos ante una de las revelaciones más importantes de la historia política moderna.

¿Qué pasaría si se confirma la participación de Cuba?

Si la desclasificación de documentos demuestra que Cuba tuvo un papel activo en el asesinato de Kennedy, las repercusiones serían monumentales.

En el ámbito diplomático, cualquier intento de mejorar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba quedaría descartado de inmediato. La reanudación de sanciones más severas sería inevitable, y la comunidad internacional podría verse obligada a reconsiderar su postura con respecto al régimen cubano, e incluso influir en cambios políticos en la isla.

Desde el punto de vista legal, si se demuestra que el régimen de Castro estuvo directamente involucrado en el asesinato de un presidente estadounidense, Cuba podría ser oficialmente clasificada como un Estado patrocinador del magnicidio. Esto abriría la puerta a demandas multimillonarias por parte de la familia Kennedy y reforzaría el argumento de que el castrismo ha operado como una organización criminal desde su instauración en el año 1959.

Las repercusiones económicas serían devastadoras para la ya frágil economía cubana. Un endurecimiento sin precedentes del embargo, acompañado del congelamiento de activos cubanos en el exterior y la prohibición total de transacciones financieras internacionales, podría llevar al régimen a una asfixia económica sin precedentes para la isla.

A nivel interno, el efecto en la sociedad cubana sería sísmico para la narrativa histórica que el castrismo ha fabricado sobre la premisa de ser una víctima de la agresión estadounidense y de cientos de intentos de asesinatos contra Fidel Castro. Dicha premisa quedaría completamente deslegitimada y el castrismo aparecería ante la opinión internacional como lo que realmente son: asesinos.

En América Latina, la influencia de Cuba en la región, especialmente sobre gobiernos aliados como los de Venezuela y Nicaragua, se debilitaría drásticamente. Presión internacionales podría obligar a algunos de estos gobiernos a distanciarse del régimen cubano, acelerando un proceso de aislamiento diplomático que, hasta ahora, La Habana ha logrado esquivar con relativa eficacia y no sabemos hasta cuando.

La hora de la verdad

Durante décadas, la versión oficial ha insistido en que Oswald actuó solo, pero las inconsistencias en esta narrativa han sido demasiado evidentes para ser ignoradas.

Ahora, con la inminente desclasificación de documentos, podríamos estar al borde de una revelación histórica que no solo cambiaría nuestra comprensión del asesinato de Kennedy, sino que podría reescribir la historia política de Estados Unidos y Cuba.

Si la conexión cubana se confirma, no estaríamos ante un simple ajuste de hechos históricos, sino ante una prueba definitiva de que el régimen castrista ha sido, desde su origen, un actor desestabilizador y violento en la geopolítica mundial.

Acerca de Abel Santiago 13 Articles
Community Manager. Se inició en el mundo editorial en 1994. Posteriormente se adentró en el mundo digital desarrollando numerosas plataformas y campañas en línea, y colaborando en la creación y edición de contenido editorial y promocional. Apasionado de José Martí y de la verdad.

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