Las intensas lluvias provocadas por la llegada de un frente frío al occidente de Cuba han generado inundaciones en varias zonas de La Habana, afectando la movilidad y aumentando el riesgo de accidentes y derrumbes.
Reportes en redes sociales muestran calles anegadas, sistemas de alcantarillado colapsados y problemas en el transporte público, lo que ha llevado a las autoridades a emitir alertas de precaución.
El colapso del sistema de alcantarillado, una problemática recurrente en la ciudad, ha empeorado la situación, convirtiendo las calles en verdaderos ríos de agua sucia. Las lluvias han arrastrado basura y escombros, obstruyendo los tragantes y agravando las inundaciones. Esta situación representa un peligro inminente para los peatones y conductores, ya que muchas alcantarillas permanecen ocultas bajo el agua y pueden generar accidentes.
Las imágenes compartidas en redes sociales muestran la magnitud del sistema frontal que afecta a la región. Fotografías tomadas desde la costa norte de Artemisa, en Caimito, capturan la activación de la prefrontal, reflejando la intensidad del fenómeno.
Ante el peligro de inundaciones y la posibilidad de corrientes peligrosas, la Defensa Civil de Cuba ha emitido una alerta, advirtiendo a la población sobre los riesgos de caminar en zonas anegadas, donde los tragantes abiertos pueden convertirse en trampas mortales. Esta advertencia llega pocos días después de la trágica muerte de un niño, arrastrado por una alcantarilla sin tapa debido a la falta de mantenimiento.
El mal tiempo también ha impactado el transporte en la capital. La Empresa Provincial de Transporte anunció la suspensión del servicio de lanchas de Regla, debido a las condiciones adversas en la Bahía de La Habana. Se recomienda a los ciudadanos utilizar transporte terrestre y mantenerse informados sobre la evolución del fenómeno meteorológico.
Las autoridades instan a la población a seguir las recomendaciones oficiales y evitar desplazamientos innecesarios, ya que se prevé que las lluvias continúen en los próximos días, agravando las afectaciones en infraestructuras y servicios básicos. Mientras tanto, los habaneros enfrentan otra jornada de caos urbano, con un sistema de drenaje obsoleto que, una vez más, evidencia el deterioro y la ineficiencia del gobierno para enfrentar estos recurrentes desastres.
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