
Masones de todo el país acudieron este domingo a la sede nacional en La Habana para exigir la destitución del Gran Maestro Mayker Filema Duarte, acusado de prolongar de forma irregular su mandato y suspender una sesión clave que debía dar paso a nuevas elecciones internas.
El hecho, documentado en un video divulgado por el medio independiente Cubanet, confirma una fractura dentro de la histórica institución masónica, que por años ha intentado preservar su independencia en medio del control estatal. Los masones exigieron una sesión extraordinaria tras la cancelación unilateral de la Alta Cámara Masónica, órgano legislativo de la organización, donde se definirían las autoridades superiores de la Logia.
En respuesta, masones de diversas regiones se congregaron en la sede de la Gran Logia en La Habana para exigir la destitución de Filema y la realización de elecciones democráticas. Durante la reunión, los manifestantes denunciaron la prolongación ilegal del mandato de Filema y la falta de transparencia en la gestión de la Logia. Algunos señalaron la posible complicidad del régimen cubano en la crisis, acusando al gobierno de infiltrar la institución para mantener el control sobre organizaciones independientes.
Filema justificó su decisión alegando “amenazas personales”, “riesgo de escándalos” y presuntos “comportamientos vandálicos” promovidos por medios de prensa independientes. En un decreto interno, afirmó que no existían condiciones para retomar la sesión suspendida el 23 de marzo, y advirtió sobre el posible daño a la ya deteriorada imagen de la masonería cubana. Pero para muchos miembros, esas razones no fueron más que excusas para aferrarse al poder.
La reacción fue inmediata: masones de diferentes territorios denunciaron públicamente la maniobra y acusaron a Filema de instaurar una dictadura interna. En redes sociales, numerosos cubanos señalaron que la masonería en la isla había sido infiltrada por el régimen comunista, debilitando uno de los últimos espacios de estructura autónoma frente al Estado. “La Gran Logia es otra institución independiente que la dictadura ha logrado controlar”, escribió un internauta.
Mayker Filema Duarte fue nombrado Gran Maestro tras la renuncia de Mario Urquía Carreño, implicado en un escándalo de corrupción por el desvío de miles de dólares y más de cuatro millones de pesos. Su mandato provisional, según la propia Alta Cámara, debía durar solo seis meses hasta la celebración de elecciones generales. Pero la negativa a convocar esa votación ha encendido las alarmas dentro y fuera de la institución.
Cubanet también reveló que los masones presentaron pruebas y denuncias ante el Ministerio de Justicia para invalidar el mandato de Filema. Sin embargo, Miriam García, directora de Asociaciones del MINJUS, desoyó los reclamos y respaldó el proceso liderado por el actual Gran Maestro, ignorando las evidencias de irregularidad. La postura del Ministerio ha sido interpretada como una señal clara del respaldo gubernamental al control interno de la Logia.
El conflicto expone un patrón ya conocido en Cuba: cuando una institución intenta operar con autonomía, el poder interviene, infiltra y somete. La masonería, símbolo de pensamiento libre y organización cívica, no ha escapado a esta lógica de cooptación.
La rebelión masónica es, en última instancia, otro reflejo del agotamiento institucional que vive la isla. Mientras el régimen insiste en aparentar normalidad, la inconformidad se abre paso incluso en espacios tradicionalmente silenciosos. Y esta vez, son los masones quienes han decidido alzar la voz.
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