
Los senadores republicanos Rick Scott y Tommy Tuberville presentaron el viernes una iniciativa legislativa que promete intensificar significativamente la presión sobre el régimen cubano, en lo que constituye el esfuerzo más ambicioso hasta la fecha para desarticular el aparato represivo de La Habana.
La «Ley de Negación de Ganancias a la Oligarquía Militar en Cuba y Restricción de Actividades del Aparato de Inteligencia Cubano (DEMOCRACIA)» representa una respuesta contundente a lo que Scott describe como «cuatro años de políticas de apaciguamiento de Biden-Harris» hacia la dictadura castrista.
«Cuba es la raíz de la inestabilidad en América Latina y una amenaza constante para la seguridad nacional de los Estados Unidos», declaró Scott, quien anteriormente impulsó esta iniciativa junto al entonces senador Marco Rubio.
El legislador señaló que el régimen de Castro/Díaz-Canel no solo oprime a su pueblo, sino que también «proporciona una fuerza policial secreta a Maduro» y «alberga una estación de espionaje del Partido Comunista Chino a 90 millas de Florida».
La legislación propuesta contempla un amplio espectro de sanciones que incluyen:
- Bloqueo de activos y negación de entrada a EE.UU. a personas vinculadas con los sectores de defensa, seguridad e inteligencia cubanos
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Sanciones contra funcionarios y entidades que proporcionen apoyo material o financiero significativo al aparato represivo
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Medidas contra contratistas militares y fuerzas paramilitares que operen para el régimen
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Restricciones específicas contra miembros del Partido Comunista, el Consejo de Estado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias
La ley establece criterios claros para la suspensión de sanciones, requiriendo que el gobierno cubano:
- Libere a todos los presos políticos
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Legalice todos los partidos políticos
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Establezca una prensa libre
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Convoque a elecciones multipartidistas supervisadas internacionalmente
Un aspecto innovador de la legislación es la autorización al Presidente para implementar medidas que garanticen el acceso a internet sin restricciones para el pueblo cubano, contrarrestando la censura del régimen.
La «Ley DEMOCRACIA» representa un cambio significativo en la política estadounidense hacia Cuba, abandonando el enfoque gradualista de la administración Biden por una estrategia más agresiva de presión máxima. La iniciativa busca golpear directamente al núcleo del poder en La Habana, especialmente a su aparato militar y de inteligencia.
El timing de esta propuesta es particularmente relevante, considerando la creciente influencia de actores como Rusia, China e Irán en América Latina, y el papel de Cuba como facilitador de esta penetración hostil en el hemisferio occidental.
La implementación efectiva de estas medidas podría representar el golpe más significativo al régimen cubano en décadas, especialmente si se combina con un esfuerzo sostenido para proporcionar internet libre al pueblo cubano, una herramienta crucial para la organización de la resistencia interna.
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