No es recomendable sostener un conflicto con lo infinito, cuando nuestras vidas son tan efímeras.
Ulises Fidalgo
Los esotéricos nos hablan de la Geometría Sagrada, del papel de los números en la Creación y hasta en los destinos humanos. Dios como el eterno arquitecto, ocupado como está, en organizar el caos. Pero, ¿Qué resulta de cruzar las matemáticas con la literatura? Es la propuesta filosófica de Ulises Fidalgo Prieto (1971) en su colección de 28 cuentos contenidos en 237 páginas y una maravillosa portada, diseño de Zoé Lewandowski con pintura de Clara Joris.
El autor es matemático, profesor universitario, amante de la filosofía, conocedor de la historia, bien informado en materia de política contemporánea. Experto en artículos de investigación en revistas matemáticas, que ama los textos literarios y la ficción. Ha vivido el exilio en España, Portugal y ahora en Estados Unidos. Graduado en Física en 1996, doctorado en 2004 en la Universidad Carlos III de Madrid.
Lo que sueñan las piedras es la respuesta legendaria de Aristóteles a la pregunta ¿qué es la nada? Esta primera serie de cuentos y reflexiones filosóficas del escritor cubano, ausculta temas como la nada, los mitos, la muerte, las teorías y paradojas de las matemáticas; busca, además, encontrar una identidad, libre de las memorias de una tiranía y de paso darle nombre propio y propósito a sus hipótesis y experiencias.
La mente de Ulises Fidalgo es la del investigador, persistente y curioso. Al estilo de Teseo se interna en el laberinto del saber, agarrado al hilo para no perderse, buscando al Minotauro. Como el Ulises en La Odisea (en el episodio de los Cíclopes) el de la Diáspora cubana, se convierte en Nadie en el exilio. El comunismo anula su identidad, sus raíces, su familia, y en el caso de los disidentes, su patria, para convertir al individuo en una pieza de la maquinaria de un estado, convertido en dios. Lo que da pie al vacío del materialismo existencialista.
Es quizás por esa razón por la que Fidalgo Prieto, como lo hizo en su momento Guillermo Cabrera Infante, cuestiona el Existencialismo de Jean Paul Sartre por aquello de que, según el autor de Tres tristes tigres, el filósofo francés autor de La Náusea, padecía de estrabismo, no solo físicamente sino en su posición política. Es curioso, dice Ulises Fidalgo, que la Nada tenga mejor acogida en el reino de las palabras que el mismo Ser. Y es que la nada es la contraposición del Ser. Asomarse a ella genera tanta angustia que casi todo lo que hacemos es huir de ella. De hecho, cuando hablamos de la nada la repletamos de palabras para mitigarla.
Esa necesidad filosófica asoma en los relatos de Fidalgo: “De vez en cuando hacía alarde de su nihilismo; pero sabía que no era sincero. El nihilismo no puede ser sincero por mucho tiempo. Mucho tiempo significa dos segundos seguidos. Ni siquiera estamos preparados para sentir la nada en toda su magnitud, tan sólo logramos intuir su superficie. Tampoco podemos comprenderla. No podemos explicarla sin antes repletarla de palabras. Y lo peor, es muy dolorosa. La tendencia es a huir del vacío. Estar pleno es ser feliz”.
Escribir es llenar el vacío de la nada
En palabras del propio escritor, su narrativa es el producto de mareo de singladura descontrolada que intenta mitigar ese abismo ahí afuera. A veces es el eco en el desfiladero, otras, [es] cercano e íntimo como el vacío en la noche y en ocasiones es distante como el mismo vacío, pero de día. Se trata de otro esfuerzo para suavizar el estrabismo de la nada.
Hemos llegado a la Nada tras un vaciamiento progresivo de los conceptos, añade Ulises, como las expropiaciones que condujeron a los cubanos a La Nada cotidiana (título de la descriptiva novela de su compatriota, la escritora Zoé Valdés).
Fidalgo Prieto confiesa que la formación religiosa que recibió de sus padres y el colegio fue nula. “Eso es en el caso en que uno no considere al comunismo como una religión. Falsa, pero religión al fin” agrega. “Mi padre es ateo y era comunista. Mi madre era comunista, pero creo que en la superficie. Nunca supe bien en lo que ella creía”.
“Yo no soy comunista, [pero] me cuesta mucho aceptar a Dios. Me he acercado a través de la teología y la razón. Es un tema en el que he reflexionado durante estos años. La filosofía aristotélica conduce a Dios, si uno es coherente con ella. También he pensado que todo escape de la filosofía clásica nos lleva a la tiranía. De hecho, todo lo que escribieron tanto Platón como Aristóteles fue para enfrentarse al mal en la política que mató a su maestro, Sócrates. Así que si soy coherente con mis conveniencias debería Aceptar a Dios. Pero tengo un conflicto con eso de creer que la verdad debe estar sometida a la conveniencia. Puede haber una verdad que no nos convenza”.
¿La nada o la eternidad?
Fidalgo va más allá de Borges, uno de sus gurús literarios, en sus conjeturas y nos recuerda que, Reinaldo Arenas fue el primero en reconocer que los cubanos vienen del futuro y por ello saben anticipar lo que ocurre en el presente. Y lo hacen con un sentido del humor semejante al que ha asumido por siglos, en su supervivencia, el pueblo judío. Sus experiencias están curtidas de ironía, fino humor y sutil sarcasmo.
Para poder lidiar con ellas, Fidalgo humaniza la nada y la tristeza. En el relato Nada de nada sostiene con ellas diálogos reveladores y semi biográficos: “Adiós tristeza, buenos días tristeza” es el saludo mañanero. La vida secreta examina la motivación de la risa: “la risa es humana. Todo lo que da risa es humano. Todo lo ridículo tiene que ver con lo humano”. Y en muchas ocasiones hay crueldad en la risa. “Para poder reírse de una situación ridícula, hay que poner distancia”.
La paradoja del mentiroso, conocida también como Paradoja de Rusel es el tema de Paradojas insulares en las que se crea confusión suficiente para publicar una hipótesis y mantener la reputación del autor intacta. Y se refiere a los textos de propaganda, como mentiras o desinformación. Los textos más atrevidos, afirma Fidalgo Prieto, surgen de la cobardía.
La escritura lineal y la conversación cartesiana
El filósofo que es Fidalgo busca diferenciar entre la verdad y la mentira asistido en su precisión por el matemático: La hora mágica no es una hora sino tan solo veinte minutos antes del ocaso. Igual establece las diferencias físicas de la luz natural y la artificial en el cine. El literato en cambio busca la realidad en un texto ficticio, creando un debate sobre persecución y censura y los mitos en Las memorias de Huber Matos.
“Las palabras siempre salen en ráfagas”, escribe Fidalgo en Plagio donde compara el ejercicio de escribir con el de matar y de paso comenta que los cubanos dicen fusilar en lugar de plagiar. “En los tiempos que se mataba con el florete, que es como hacer trazos en el aire [con] la sangre, la escritura era una esgrima de tinta roja y de pluma elegante”. Evocando imágenes de su hogar en el pasado, se transporta a la Cuba actual, donde “La Habana parece una colección de huesos vivos andantes”.
Brumas está inspirado en las pinturas de Ramón Unzueta para explicar el materialismo en el que ha caído la gente de la isla como el personaje de la estricta profesora que administra los exámenes finales: “no es que desconociera el sexo, más bien lo abusaba … porque así se concentraba mejor en el tacto, los olores, y los sabores que son los sentidos más animales”. Como resultado de estas dicotomías en la educación, surgieron generaciones de cínicos oportunistas, cuyo mecanismo de defensa es la doble moral. Antes de la caída del muro de Berlín, por ejemplo, en Cuba se preparaban científicos para fabricar armas atómicas. Tras el desplome de la URSS muchos de ellos emigraron a USA donde ahora enseñan en las universidades sobre las partículas atómicas.
Lo que sueñan las piedras describe eventos tales como los apagones continuos, la oscuridad perenne impuesta a los habitantes de la isla, así como la renuente traición al ser querido, en el país del chantaje emocional, como forma de represión. Nada de nada, es una versión del juego de los circulares de Borges. En el cuento Mañana el autor establece un interesante diálogo, en un cementerio, con un borracho que dice ser Faulkner. Las cápsulas históricas, como el origen del tango o el papel de Egipto en el éxodo judío. nos sorprenden gratamente en su lectura.
Ulises Fidalgo Prieto es un escritor ameno, creativo y sólido. Se trata de un autor que contribuye con su narrativa, filosofía y conocimiento a agilizar la mente de los lectores que degustan de los textos para enriquecen su intelecto y su cultura. Lo que las piedras sueñan es un gran aporte al pensamiento y la literatura iberoamericanos.
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